Molina Becerra encabezará el organismo con un enfoque humanista y compromiso institucional.

Juan Molina Becerra asumió oficialmente la presidencia del Instituto de Administración Pública de Tabasco (IAP) para el periodo 2025-2028, en un acto encabezado por el Gobernador Constitucional Javier May Rodríguez. La ceremonia, realizada en el Salón Gobernadores del Palacio de Gobierno, reunió a representantes del gabinete estatal, presidentes municipales y académicos. Durante su intervención, el mandatario estatal llamó a fortalecer la formación de servidores públicos desde una visión ética, humanista y comprometida con la ciudadanía. Molina Becerra se convierte así en el nuevo responsable de dirigir al organismo rector de la profesionalización administrativa en Tabasco, en un contexto de profundos cambios sociales y gubernamentales.

El gobernador Javier May dejó en claro que el IAP Tabasco es pilar fundamental de la Cuarta Transformación, al fungir como motor de formación de cuadros técnicos con vocación de servicio. En su calidad de presidente honorario del Instituto, remarcó que esta institución debe impulsar la consolidación de un modelo de administración pública basado en la justicia social, la eficiencia institucional y la cercanía con el pueblo. Subrayó que el reto es mayúsculo, pero también lo es el respaldo con el que cuenta el nuevo Consejo Directivo: una estructura sólida, plural y dispuesta a trabajar por el bien común. Con ese impulso, el gobierno estatal reafirma su apuesta por un servicio público digno, capacitado y al servicio de los tabasqueños.

Juan Molina asume este encargo con una ruta estratégica clara: profesionalización, asesoría técnica y vinculación institucional como ejes centrales de su gestión. En su discurso, señaló que el IAP se encuentra ante una oportunidad histórica de ser un agente activo en el desarrollo del estado, gracias al respaldo del gobernador y a la integración de un equipo comprometido con el conocimiento y la innovación. Dentro de sus primeros anuncios, Molina reveló el arranque de la nueva Licenciatura en Gestión del Desarrollo Familiar y Comunitario, orientada a formar profesionales capaces de intervenir con sensibilidad y técnica en las realidades sociales de Tabasco. También destacó la renovación de convenios con el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), los ayuntamientos y las universidades, lo que permitirá mayor colaboración y expansión de programas de formación.

Nuevo Consejo Directivo refleja pluralidad y compromiso con Tabasco. Durante el acto protocolario, se destacó la integración de personalidades provenientes de diversas áreas de gobierno, educación, justicia y combate a la corrupción, así como de instancias municipales y centros académicos. Esta representación diversa constituye un reflejo del enfoque colaborativo que marcará el trabajo del IAP en los próximos años. La nueva directiva no solo proyecta una agenda técnica, sino también un profundo compromiso político y social, con metas claras hacia el fortalecimiento institucional del estado. La visión compartida es construir una administración pública con rostro humano, inclusiva y funcional.

Formar a los futuros servidores públicos no solo es una tarea académica, sino un acto de responsabilidad histórica, afirmó Molina. Bajo esa premisa, el IAP Tabasco se perfila como un espacio de generación de conocimiento y diseño de políticas públicas que atiendan directamente a las necesidades de la gente. El presidente del organismo fue enfático al declarar que cada curso, diplomado y programa formativo deberá tener impacto medible en la calidad del servicio gubernamental. Se impulsará una lógica de resultados que combine la ética profesional con herramientas modernas de gestión pública. “Formar servidores con alma, cabeza y manos”, sintetizó el nuevo titular del IAP, haciendo eco de la visión humanista promovida desde la Cuarta Transformación.

Con este nuevo ciclo, se abre una etapa de fortalecimiento institucional en Tabasco, donde el conocimiento será el eje del desarrollo gubernamental. La estructura renovada del IAP y el liderazgo de Juan Molina auguran una administración comprometida con la excelencia y con el pueblo. La apuesta es ambiciosa: convertir al Instituto en un referente nacional de formación para el servicio público, donde los valores de la transformación social, la equidad y la profesionalización sean guía constante. Con el respaldo del Gobierno Estatal y la colaboración interinstitucional, se avanza hacia un modelo de administración pública más eficiente, más cercana y, sobre todo, más humana.